jueves, 12 de enero de 2012

Carta de despedida 1!

Estimado Sr. XXX:
Creo en que la vida es una sola tan firmemente que no puedo dejar que te quedes así… y los demás podrían decir que es contradictorio… y tendrían razón. He aquí la explicación:
Es porque mi vida es tan linda y tengo la absoluta necesidad de compartirla, que no puedo dejarte ir y venir. Simplemente porque hubiera querido que me eligieras en aquel momento, hubiera querido que unos pocos días conmigo te demostraran lo que soy y lo que no y que fuera suficiente para inclinar la balanza. Porque creo en el amor, en la confianza, en la lealtad y en los privilegios, porque te quise preparando el desayuno, descorchando un vino, riendo en un bar, descansando en una playa imaginaria. Porque te quise para todo en un tiempo nuestro.
Entonces si te eligiera hoy para esto, dejaría aquello que me hizo feliz, aquello a lo que quiero retornar.
Uno nunca sabe las vueltas de la vida, esta vuelta me reconforta. Me hace bien saber que hay cosas recíprocas y que hay cosas distintas que cambian todo el tiempo. Amigos vamos a ser de todas maneras, porque siempre tendremos cierta complicidad implícita que no entiende de despedidas. Nuestra amnesia es sabia, y sabremos reencontrarnos en otro espacio y otro tiempo si es necesario.
Lo único que entiendo que hay cosas del sentir que no pueden estar equivocadas y que aquella figurita volátil que se preguntaba si tu personalidad tendría la intensidad de tu belleza estaba en lo cierto. Y un abrazo intuído lo confirma cada tanto.
No me equivoque al elegirte. Sin conocer absolutamente nada, en algún lugar quedó la energía para el encuentro. Alguna cabaña de hogar a leña nos recuerda. Alguna playa nos dejó partir. Alguna calle nos causó escalofrío. Todo esto es energía. Celebro que sea una linda energía. 

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